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Varios ganaderos elaboran productos con leche de asno zamorano-leonés para ayudar a preservar esta raza autóctona en peligro de extinción El queso más caro del mundo es de leche de burra y ya comienza a hacerse en Zamora.
El truco de belleza de Cleopatra
Buleza se constituyó en 2019 con un capital inicial de 12.000 euros. Cuatro miembros de la asociación Aszal decidieron unirse para intentar mantener el futuro de esta raza a través de varias iniciativas, entre ellas, la de comercializar leche de burra. Así, en una antigua sala de ordeño de ovejas, situada en Torres del Carrizal, un municipio de apenas 400 habitantes situado a 15 kilómetros de Zamora, comenzaron a ordeñar a los animales, congelando y posteriormente deshidratando la leche para obtener, en un principio, leche en polvo para cosméticos.
Las propiedades y beneficios de la leche de burra son múltiples. La historia cuenta que uno de los secretos de belleza de Cleopatra era tomar baños de este tipo de leche. Rica en ácidos grasos omega 3 y 6, ayuda a regeneral de la piel por sus altos niveles de proteínas, posee un efecto antiarrugas y evita que éstas aparezcan.
Y es que, según señala a THE OBJECTIVE otra de las socias de Buleza, Anuncia Martín, «los cosméticos realizados a base de leche de burra tienen muchas propiedades debido a varios ácidos que ayudan a la piel a limpiar las células muertas». De esta forma, en la actualidad, venden leche de burra deshidratada –300 euros el kilo– a tres empresas para la fabricación de jabones.
La leche de burra, la más parecida a la humana
En este sentido, el también veterinario Jesús de Gabriel Pérez, cuenta que la leche de burra es la más parecida a la materna. De hecho, recuerda cómo antaño, en la antigua plaza de Zamora, las madres iban a comprar «un vasito de leche» para sus hijos a los ganaderos que allí llegaban con sus borricas. Por ello es que desde hace unos meses exploran la vía de la leche para consumo humano para de esta forma «ayudar a los ganaderos a seguir manteniendo la raza». En la actualidad solo quedan unos 1.600 ejemplares de asno zamorano-leonés, 600 hembras en edad fértil.
Así, cuenta el presidente de la cooperativa, de cada burra se puede obtener tan solo tres litros de leche –en una vaca, el promedio del rodeo nacional es de 20 litros por vaca por día–. Además, en Buleza, solo ordeñan unos ocho días al mes para, de esta forma, no estresar al animal, que una vez ha sido ordeñado vuelve al campo con su dueño. «El sistema de ordeño en estos animales es de media leche. Es decir, no se separa a la madre de la cría. Las burras siguen criando a sus crías durante el ordeño porque si se separan de la cría se les seca la leche», explica el experto.
De esta forma, ahora, Buleza, hoy ya con unos diez socios que respaldan con sus animales –unas 300 borricas– vende leche de burra fresca –a unos 12 euros el litro– que se ordeña el día que se realiza un pedido para que conserve todas sus propiedades y llegue al consumidor en óptimas condiciones. Y parece que este tipo de productos va calando poco a poco en la sociedad «cada vez más concienciada con la importancia de la preservación de la especie». Y es que si en 2020 la cooperativa obtuvo unos 5.000 litros de leche de burra, en 2021, de las instalaciones de Torres se obtuvieron 6.500 litros. Además de un remanente de otros 6.000 litros de leche deshidratada para empresas de cosméticos.